sábado, 10 de octubre de 2009

Un último vistazo y…


Al ingresar al curso, pude advertir intranquilidad en los chicos, esa inquietud se debía a que tenían trabajo práctico. La evaluación era sobre sintaxis.
La clase comenzó con un dictado de oraciones que los chicos debían resolver de manera individual. Durante la clase, los chicos trabajaron en silencio preguntando tan sólo cuestiones que no entendían.
Por su parte, la profesora acompañó constantemente a los alumnos para que no quede ninguna duda sobre el tema.
Al finalizar la clase, los jóvenes entregaron sus evaluaciones.
En general, la clase se desarrolló normalmente, no hubo ningún hecho que manifieste alguna irregularidad.

Observar esta clase fue un hecho totalmente nuevo para nosotras debido a que nunca habíamos estado en un trabajo práctico. La sensación fue distinta, reflexionar sobre la evaluación desde otro enfoque me hizo pensar en distintas cuestiones:
¿Cómo evaluar?
¿Qué evaluar?
¿Para qué evaluar?
¿Cómo se sienten los alumnos al momento de evaluarlos?
Creo que esas preguntas me acompañarán al conocer un curso e integrarme en él.
Otro hecho, también, es que está será la última clase que observemos…

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